domingo, 27 de octubre de 2013



ITINERARIO PARTE ANTIGUA DE CUENCA: SEMINARIO - PLAZA DE LA MERCED - MANGANA - ERMITA DE LAS ANGUSTIAS

1. EL SEMINARIO CONCILIAR.

Se ubica en la Plaza de Merced, y fue construido por el Obispo Flores Osorio (flores de lis y osos en el escudo que campea sobre la entrada) en 1745, aunque la gran portada barroca de la plaza de la Merced se construyó en 1748.

Se constuyó sobre la muralla, ocupando lo que fueron las casas y el palacio del Marqués de Siruela y Valverde, del siglo XVI.

Destacan en este magnífico inmueble la rica biblioteca que custodia preciados volúmenes y en breve, se espera que acoja una rica colección de códices y manuscritos propiedad del seminario. 

Destaca asimismo el retablo gótico en la capilla del Maestro de Horcajo, que sirve también como sala de conciertos en la Semana de Música Religiosa de Cuenca. También te sorprenderá la portada barroca del seminario conciliar.

El marco en el que se ubica, la Plaza de la Merced, es un bello y monumental sitio de la ciudad de Cuenca, en el que antiguamente existió un convento de mercedarios calzados, que después pasaría a habitarse por Esclavas del Santísimo Sacramento, alias “Las Blancas”. 






Aquí tendrás ocasión de comprobar como siempre las monjas Blancas tienen siempre a una de ellas al cargo de la custodia de la Sagrada Forma, tanto durante el día como durante la noche.

La orden de La Merced, que era la vinculada originariamente al edificio, va muy unida a los asilos de desamparados y esta funcionalidad cumplía el inmueble que actualmente alberga al llamado Museo de las Ciencias.


2. IGLESIA DE LA MERCED.

En la parte alta de la ciudad y colocándonos en la anteplaza y despaldas al Ayuntamiento nos encontramos con una estrecha calle que nos lleva hasta la Plaza de la Merced por una empinada cuesta. Esta Iglesia, actualmente está afecta al seminario, y se construyó sobre los cimientos del Palacio de los Hurtado de Mendoza, hacia 1684.

En este convento estuvo desterrado durante tres años el gran dramaturgo Tirso de Molina. Las causas del destierro fueron varias, entre ellas su discrepancia con el poder central sobre la revuelta de Cataluña y también la envidias de ciertos caballeros de la Corte por el gran predicamento que Fray Gabriel Tellez (Tirso de Molina) tenía como confesor de las damas. Su experiencia en el mundo recóndito de las conciencias le llevó a escribir “La prudencia en la mujer”.




El escudo de los Hurtado de Mendoza (muy maltratado) campea encima de la puerta de la iglesia; en lo alto de la fachada, se conserva en mejor estado el escudo de los mercenarios (la cruz de Malta y las barras de Aragón).

3. LA TORRE DE MANGANA.

Poniéndonos de frente al Seminario y a su izquierda continúa la calle hasta llegar a dicha torre, la cual pudo ser una de las torres del Alcázar árabe (Mangana significa torre del reloj o máquina). La primera acepción se debe a que allí hubo un reloj de sol, y la segunda, a que encima de sus almenas había un fun díbulo o máquina lanzapiedras que defendía los accesos a la ciudad por las puertas de Huete y del Aljaraz (Puerta de San Juan). Más tarde se colocó una campana, que solo suena para anunciar los acontecimientos importantes de la ciudad o la muerte de hombres ilustres de la misma.





Desde la torre de Mangana se ve el magnifico y abigarrado panorama que brinda la vega del rio Moscas, que fue considerada siempre como lugar amenísimo. Aquí recibió su inspiración Villaviciosa (señor de Reillo y canónigo de la catedral de Cuenca) para escribir la epopeya “la Mosquea”.

Numerosas eran las ermitas que la piedad popular había construido en las inmediaciones de la ciudad; casi todas han desaparecido por la violencia de las guerras o el furor vengativo de las revoluciones.

La Ermita de la virgen del Socorro (en el cerro del Socorro) quedó destruida en la guerra de Sucesión (1700).

La de San Jeronimo, en el camino de Buenache, quedó abandonada por los frailes en la exclautración del siglo XIX, y se arruinó.

Quedan todavía: la ermita de San Isidro de “Arriba” (dominando un bello panorama en la Hoz del Jucar), donde existe el enterramiento de los hermanos de la Cofradía de los Labradores de las Hoces del Jucar y del Huecar, pues en San Isidro de “abajo” (desaparecido), tenían otro cementerio los labradores de la vega del río Moscas.

Ermita de San Julián el Tranquilo. La Virgen de las Angustias, junto al antiguo convento de los franciscanos descalzos o alcantarinos (por haber sido reformados por San Pedro de Alcantara).

Virgen de la Luz, a orillas del Júcar.

San Antonio “el Largo”, por estar en el camino de Valencia, muy lejos de la ciudad. 

4. BARRIO DEL ALCÁZAR.

Llegando hasta el final de la explanada del Alcázar, vemos las calles del barrio judío en zig-zag descendente. 

Allí estuvo la Judería a mediados del siglo XIV. Los judios de Cuenca, Huete y otras ciudades de Castilla tenían gran libertad para ejercer el comercio.

La judería estaba separada del resto de la ciudad por un muro, cuyas puertas se cerraban por la noche; se quería evitar con esto la mezcla de las comunidades cristianas y judías, y las posibles reyertas. 

Una vieja tradición nos cuenta que: Un joven cristiano se enamora de una joven hebrea; que tienen que verse a escondidas, y por las noches el cristiano salta el muro de separación para encontrarse con la mujer a quien ama. Una noche es sorprendido por los judíos y asesinado villanamente. Al correrse la noticia del crimen por la ciudad, se toma por asalto el barrio, y gran parte de sus habitantes son pasados a cuchillo. Para evitar sucesos semejantes en el futuro, los judíos se trasladan “extramuros” de la población, más allá de la puerta de Valencia y en lo que ahora es el barrio de Tiradores, construyendo la sinagoga en el sitio que ocupa la parroquia del Cristo del Amparo.

5. BAJADA A LAS ANGUSTIAS.

Colocándonos de espaldas a la Catedral nos encontramos de frente y a la derecha la bajada al Satuario de Las Angustias, donde podemos ver la Cruz de los Descalzos y su famosa leyenda.

La tradición sitúa esta leyenda en el siglo XVIII.

Don Diego, hijo de un oidor de la ciudad, era la vergüenza de su honorable padre y de su familia, a los que deshonraba con costumbres licenciosas. De hermosa apariencia física, apuesto, conquistador, diestro en Justas y Torneos, era, a pesar de sus calaveradas, el ídolo de las damas de la mejor sociedad conquense.

Una dama misteriosa, que apareció en Cuenca durante el verano, consiguió interesar a Don Diego, que intentó en seguida su conquista, pero desapareció de la ciudad tan misteriosamente como había llegado, sin que el joven consiguiera encontrarla, hasta que iniciado el otoño apareció otra vez en la ciudad.

Desde aquel momento, ya no se separó don Diego de ella. De costumbres y maneras tan licenciosas como aquél, la dama desconocida produjo el escándalo en Cuenca. Ante nada retrocedían, desprovistos de todo respeto humano y… hasta divino.

Nada consiguió el padre de don Diego cuando trató de apartarlo de aquellos amores y conductas. Por toda respuesta le dijo que pensaba casarse con aquella dama, de la cual nada sabía, excepto su nombre: Diana. Nombre pagano que asustó al oidor, y pidió a Dios por aquel hijo depravado.

Continuaron aquellas relaciones escandalosas, y llegó en día de Todos los Santos. Precisamente aquella noche, la pareja, reunida con amigos y amigas de mismas aficiones, se divertía y reía del miedo que mucha gente tenía en salir de su casa o bromear a propósito de los difuntos y vida de ultratumba. Don Diego llegó a discutir con don Luis, uno de sus amigos, que segó a acompañarle en un viaje que proyectó hacer en aquel mismo momento por el campo. De tal discusión resultó un desafío entre ambos, que quedó concertado para el amanecer del día 3, ya que don Luis, temeroso, se negó a llevarlo a efecto aquella misma noche.

Pero don Diego y Diana, acompañados de unos pocos, salieron y se dirigieron hacia el atrio de las Angustias. Ninguna de las alocadas damas les acompañó. Solo unos pocos, que muy pronto dejaron solos a los amantes.

La noche, tormentosa, con abundantes truenos y relámpagos, acabó en una lluvia que fue empapando los vestidos de Diana, sentada junto a don Diego en las escaleras del atrio. Al advertir el joven es estado de Diana, completamente mojada, y tiritando él mismo de frío, le propuso guarecerse al abrigo de la ermita. La puso en pie, y al tratar de llevarla en brazos, debido a un relámpago deslumbrante y habiendo quedado un poco levantado el vestido, descubrió no una pierna de mujer, sino una horrible pata de cabra, peluda y fea, terminada en una horrible pezuña.

El libertino Don Diego comprendió al punto su equivocación. Había estado coqueteando con el diablo, en forma de una bellísima mujer. Subió las dos o tres gradas de la escalera donde se habían sentado, pidió auxilio al Dios de sus mayores abrazado a la cruz, y la fingida Diana desapareció en un alarido, envuelta en siniestros resplandores.

Don Diego, aterrorizado, descendió las escaleras y se dirigió al convento de los descalzos, a cuya puerta estaba la cruz. A su llamada respondieron los frailes, ante cuyo prior hizo el joven confesión de su terrible experiencia, así como de sus culpas. No quiso levantarse del suelo hasta que le permitieron quedarse en el convento. Su arrepentimiento fue sincero y total. Vivió aún largos años de su vida ejemplar y penitente, y murió santamente.

Recuerdo de esta leyenda es la cruz, que se conservan el atrio del antiguo convento de los descalzos, en cuyo centro se ve una mano extendida con cinco dedos, y que según la tradición era la huella de la mano de don Diego cuando se abrazó a la cruz pidiendo al auxilio divino, al identificar a Diana con el demonio

domingo, 20 de octubre de 2013



¿QUE PODEMOS VER EN CUENCA?


En Cuenca hay un sinfín de rutas para callejear y poder admirar el legado histórico de esta bella ciudad. Esta es una de las primeras entradas junto con otras que iré añadiendo más adelante con las que pretendo realizar pequeños itinerarios que recojan los edificios, calles, lugares más significativos junto con su historia.


ITININERARIO VIRGEN DE LA LUZ – PUENTE DE LA TRINIDAD – AUDIENCIA:


VIRGEN DE LA LUZ: Cuentas las viejas crónicas, que la primera noche que el rey Alfonso VIII durmió en Cuenca, tuvo en sueños una revelación, indicándole que en la oquedad que hay un poco más abajo del puente, los primitivos cristianos habían ocultado una imagen de la Virgen. Hechas las excavaciones pertinentes y encontrada la imagen, mandó construir una ermita que recordase el suceso. Si a esto añadimos la leyenda de Martín Alhaja, queda perfectamente explicado el título de Virgen de la Luz, y el sitio de la construcción de la ermita.


Virgen incrustada en la piedra debajo del Puente de la Virgen de la Luz


La actual parroquia de la Virgen de la Luz es de estilo barroco y conserva una portada plateresca, habiendo desaparecido con las reformas, en el transcurso del tiempo, la primitiva construcción del siglo XIII.

Iglesia Virgen de la Luz


Antigua Entrada a la Iglesia




También se conoció este santuario como la “Virgen del Puente”.

ANTIGUO CONVENTO DE SAN ANTÓN: En 1345, los “Antoneros” fundaron un convento-hospital, donde se curaban las terribles enfermedades de la Edad Media, entre ellas, el “Fuego Sacro”, conocido más tarden por el “mal francés”. Estos frailes tenía como patrono a San Antón; a esto se debe la doble apelación de la parroquia: Virgen de la Luz y San Antonio Abad (San Antón).
Esta orden hospitalaria sufrió muchas vicisitudes, hasta que a finales del siglo XVIII (1791), los cuatro últimos hermanos legos fueron secularizados por el obispo en presencia de todo el pueblo.

Antiguo Convento-Hospital

Allá, por los años 1590, llevaban a ajusticiar a un reo, acusado de ladrón. La luctuosa comitiva procedía de las afueras, al parecer de San Lázaro, y al atravesar el Puente de San Antón, el sentenciado, que hizo constantemente protestas de inocencia, pidió como última gracia entrar en la Iglesia de San Antón y posarse a los pies de la Patrona, para ofrecerle su sacrificio. La gracia le fue concedida; justamente al cruzar la hermosa fachada de la iglesia, el reo cayó muerto de un ataque al corazón. El hecho fue conceptuado como prueba de que el acusado era inocente del crimen que se le imputaba, y su causa fue cerrada con todos los pronunciamientos favorables a su probada inocencia.


CASA DE LA BENEFCIENCIA: Junto al puente de San Antón se encuentra la hermosa fachada de lo que hasta hace poco fue Casa de Beneficencia; la portada es de estilo neoclásico, y una inscripción en latín nos indica la finalidad de la fundación. El obispo don Sebastián Flores Pavón costeo en el año 1777 el edificio que se destinaba a proporcionar un hogar a las “mujeres desviadas” que habían sido víctimas del abandono de los suyos y del vicio de los hombres.


Antigua Casa de Beneficiencia


En lo que son jardines estuvo el convento de Trinitarios, Orden  que se ocupaba de recaudar fondos para liberar cautivos cristianos esclavizados por los moros, y darles luego acogida en sus asilos, cuando ya estaban en condiciones de trabajo. Así pues, este convento de Trinitarios fue la primera casa de Misericordia que hubo en Cuenca.

Jardines donde se encontraba el Convento de Trinitarios






PUENTE DE LA TRINIDAD: Llama la atención, que para salvar la profundidad del curso del río Huécar; no se hiciera un puente de anchas arcadas, sino un muro con un pequeño orificio que da paso a la corriente del arroyo.


Antigua y Nueva Canalización de Agua del Río Huecar

Esto tiene una explicación: La ciudad es inaccesible por todas partes menos por esta parte de la orilla del Huécar; por ello, en épocas de sitio, los defensores taponaban el orificio que hay en el muro, y las aguas se estancaban hasta la alburera o albufera (actual Parque de San Julián). Así, las torres de asalto y los arietes, no podían avanzar hasta las murallas para batirlas, porque se hundían en el agua y el barro.







Desde el Puente de la Trinidad vemos casi debajo y corriente arriba del Huécar la “Fuente de la Doncella” (debe existir una leyenda muy bonita que dé razón de este apelativo tan romántico). Espero poder encontrar alguna información sobre dicha fuente, hasta ahora no he averiguado mucho más. Un poco más arriba se halla el “Puente de Palo” (antiguamente de tablas), que facilitaba el paso del río a las mujeres que , saliendo de la ciudad por el Postiguillo de San Miguel, iban a buscar agua a la “Fuente de la Doncella.

EDIFICIO PALAFOX: El obispo Palafox fundó en el siglo XVIII este sólido edificio, donde tenían cabida todas las manifestaciones  culturales y docentes encaminadas a educar a las clases humildes.
Este edificio está asentado sobre las  antiguas murallas de la ciudad, y aun  se ve que las esquinas más alejadas del Puente de La Trinidad, tiene forma redondeada, y junto a las tejas se ven restos de los matacanes que coronaban la torre.


Edificio Palafox





Este era el tercer sistema amurallado. En la Cuenca antigua había tres órdenes de murallas que diferenciaban las tres  zonas. Entre este sistema de murallas y otro que venía por lo que ahora es el Escardillo, yendo a cerrar por la Puerta de San Juan, estaba la zona Albarrana, la zona en donde pacía el ganado en tiempo de asedio, y obtener así las vituallas de la plaza en buenas condiciones. Estas murallas se prolongaban por la calle del Retiro y la calle de los Tintes hasta la Puerta de Valencia. El segundo recinto de murallas venía por el mercadillo de Solera junto al Salvador y Santo Domingo para finalizar en el Escardillo, con la Puerta de San Juan; y el primero era propiamente la Alcazaba, alcázar o Almodóvar, donde estaba el cogollo de la ciudad, que comprendía el actual edificio  del Carmen, Zapatería, Correduría, la anteplaza, bajada a San Miguel y  el Seminario.

domingo, 13 de octubre de 2013

LAS BRUJAS DE MANGANA




Corría el año 1615 cuando el Santo Oficio de la Inquisición tuvo que tomar parte en un asunto relativo a la existencia de un grupo de brujas en la Torre de Mangana. Al parecer, varios vecinos de aquel barrio presentaron una denuncia al haber comprobado como todas las noches oían ruidos extraños, gritos alarmantes e incluso vieron realizar danzas macabras consistentes en hacer círculos arrojándose finalmente al suelo. También se deslizaban de una parte a otra de la explanada, oyéndose sus rezos, sus carreras, al tiempo de quitarse y ponerse la toca repetidas veces pidiendo a gritos la presencia del diablo.





En el barrio y en toda la ciudad se comentaban estos hechos que venían a hacerse eco de ese tipo de creencias supersticiosas, muy arraigadas en esa época, las cuales se iban extendiendo como un reguero de pólvora por todo el país.

Se hablaba que habían visto volar a un grupo de brujas por las noches, pasando éstas a las casas por las chimeneas como si de simples pájaros nocturnos se tratase. Nadie creyó, en principio estos comentarios, pero cuando empezaron a ocurrir casos horribles el pánico cundió por todo el barrio de Mangana e incluso por toda la ciudad de Cuenca.





Se comentaba que, una noche varios vecinos habían visto volar al grupo de brujas sobre los tejados del barrio y luego detenerse en el corral o patio interior de una de las casas, se comprobó a la mañana siguiente que todos los animales que habitaban en sus corrales, como gallinas, conejos, palomas, patos etc..., aparecieron muertos sin señales aparentes de haber tenido una muerte aparatosa o brutal. Esto hizo que muchas familias decidiesen no salir de su casa después de la puesta de sol. No sólo temían por lo que les pudiese ocurrir a ellos, sino por sus hijos y abuelos o personas mayores que vivían en sus mismos domicilios.

A partir de ese momento llegó a pensarse que dos señoras, vecinas del barrio, cuya vida era un misterio, y además se dedicaban a curar el "mal de ojo", podrían ser componentes del conjunto de brujas que estaban complicando la vida a la gente, sintiendo miedo a partir de la llegada de la noche. Igualmente se comentaba que otra mujer, la cual vivía sola, y su profesión era curar la impotencia sexual de hombres y mujeres, podría ser también miembro de tan funesto clan.






Aunque casi todas las noches aparecían de una manera o de otra las brujas, hubo una semana que llevaron a cabo las típicas danzas y rezos, dando enormes gritos. Pero la última madrugada azotaron puertas y ventanas con sus negras tocas lo que originó un gran pánico entre las mujeres del barrio. Hasta que punto no llegaría a aterrorizar, que las tres únicas mujeres que se encontraban en estado, abortaron en el mismo día y a la misma hora.

En una nueva acción, en donde hubo desgracias personales, volvió a erizar el cabello a propios y a extraños, por lo que, nuevamente, una representación de los vecinos acudieron esta vez al Santo Oficio a presentar la correspondiente denuncia. Un Comisario llevó a cabo las averiguaciones oportunas y se pusieron vigilantes para controlar cualquier movimiento anormal que surgiese a lo largo de la noche, ya que en ese espacio de tiempo solían hacer sus salidas y sus acciones. Durante el día visitaron a las tres presuntas encartadas, pero se llevaron una gran sorpresa al comprobar que ninguna de ellas estaba ya en su domicilio, habían desaparecido sin dejar rastro alguno.

Al día siguiente, uno de los Comisarios del Santo Oficio, encontró en una casa semiderruida y abandonada a una mujer que se dedicaba a la tarea de adivinar el paradero de las personas ausentes por poco dinero, aprovechándose de la credulidad y miedo de sus convecinos. Como la gente era muy supersticiosa, ésta hacía pasar a sus clientes a una habitación oscura, en donde los tenía toda la tarde, y luego al anochecer rezaba una serie de oraciones invocando a la luna, al principio, y luego a la persona de la que querían saber su paradero.

Otra noche ocurrió un caso curioso y a la vez distinto a lo que hasta ahora había venido ocurriendo. En una casa junto a Mangan vivía un padre y su hijo solos, pues el resto de la familia había muerto, los cuales tenían una huerta en la Hoz del Huecar. Una noche, cuando estaban echándoles de comer a los burros en la cuadra que tenían junto al patio, se abrieron repentinamente las puertas de dicho lugar y como había poca luz sólo pudieron distinguir a cinco o seis mujeres las cuales les derribaron al suelo cayendo sobre el estiércol de las caballerías. Allí les arrastraron sin que ellos pudiesen hacer nada, puesto que se sintieron faltos de fuerzas.





No había transcurrido aún una semana, cuando vino a ocurrir uno de los mayores dramas y quizá el que más terror llevó a las familias del barrio y de la ciudad. Durante la noche aparecieron sobrevolando los tejados un gran número de brujas, logrando hacer un ruido como si un huracán se tratase. Se llegaron a percibir todo tipo de rezos y unas risas histéricas, al tiempo de hacer mover su tocas negras como si fueran alas de aves flotando en el aire. La gente se pasó la mitad de la noche sin poder dormir, bien por lo que pudieron apreciar o porque todos se temían que algo gordo iba a suceder.

Cuando el sol apenas ofrecía sus primeros rayos, unos gritos desgarradores salieron de una de las casas cuya puerta principal daba a la explanada de Mangana. Una mujer daba gritos de terror y lloraba amargamente, pues su hijo más pequeño, de apenas un año, lo había encontrado en su cuna muerto con síntomas de haber fallecido por asfixia. Y en otra casa casa de la Plaza Mayor, una señora de avanzada edad había sido sacada de su cama violentamente, por lo que al caer al suelo se había roto una pierna y una clavícula.

Todos estos lamentables sucesos hizo que el Santo Oficio tomase cartas en el asunto, ya que lo ocurrido últimamente era muy peligroso, pues en el vecindario y en la ciudad cundió el pánico. Tal era la situación que se formaron varios grupos, todos ellos de hombres voluntarios, provistos de armas diversas y sofisticadas, desde una simple estaca a enormes navajas, horcas, rastrillos o grandes garrotas.

Poca cosa consiguieron en sus rastreos, señales hallaron en cantidad, pero personas que tuviesen vestimentas de la manera que se apreciaban por las noches, ninguna. Solamente llevaron ante el Santo Oficio de la Inquisición a dos mujeres que solían hacer pócimas amorosas para conseguir hechizar a los hombres. El material fabricado para su acto de brujería era muy singular, pues utilizaban corazones de pájaros machos, los cocían y luego los troceaban. A continuación los colocaban en un plato de caldo, les recitaban ciertos conjuros y se los entregaban a sus clientas para que se lo diesen a comer a sus respectivos amantes. Al parecer, así los hechizaban y retenían a su lado, impidiéndoles fuesen con otras mujeres.

En el registro que hicieron en la casa encontraron figurillas de cera y en cada una de ellas había clavados alfileres, parece ser que era la forma de hechizar a los hombres. También aparecieron diferentes figuras de yeso de pequeño tamaño en las cuales aparecían los dos típicos alfileres clavados. A la vista de estas pruebas fueron procesadas y examinados por los Calificadores del Santo Oficio esta serie de objetos hallados en el domicilio inspeccionado.

Uno de los últimos casos fue la muerte de un niño recién nacido al cual le extrajeron las entrañas, porque según decían éstas fabricaban ungüentos maléficos, y esto lo achacaban a la serie de creencias supersticiosas que la mayoría de la gente tenía muy arraigadas.

De las brujas de Mangana se habló muchos años en esta ciudad de Cuenca, aunque también hicieron todo tipo de felonías otras brujas en el barrio actual de San Antón, así como en las huertas de las hoces del Júcar y del Huecar. Aunque si bien es verdad entonces muchas personas sufrían alucinaciones producidas por la psicosis brujeríl existente y quizás algunas acciones achacadas a las brujas fueran resultado de cierta imaginación popular o de mentes absurdas que pretendían intimidar a la gente contando cosas horribles más propias de un sádico.


lunes, 7 de octubre de 2013

EPOCA DE SETAS

En nuestra provincia, en nuestra ciudad es tradición salir al campo en estas fechas para buscar el más conocido de ellos, el níscalo, mas conocido como hongo.

Dicen los "viejos" del lugar, que este año va a ser muy bueno y, como ellos bien recomiendan no debemos destrozar el campo, si levantamos la juma, deberíamos volver a tapar, no arrancarlos sino cortarlos; pues es responsabilidad nuestra que nuestros hijos, nietos, etc...puedan disfrutar de estas salidas al campo en busca de estos deliciosos manjares, igual que lo hicimos en su día con nuestros padres, abuelos etc..





Una receta:


Receta para la Thermomix, aunque también se puede preparar sin ella.

INGREDIENTES
1 cebolla
Guindilla al gusto
350 gr de nata
100 gr de queso philadelphia o similar
1 vasito de coñac
1 pellizco de sal
1 cucharadita de harina
1/2 kilo de níscalos o boletus
Hierbas aromáticas al gusto.... (Romero, tomillo, .....)



Trocear la cebolla en el vaso 4 sg. velocidad 4
Añadir 50 gr de aceite y la guindilla y sofreir 15 minutos velocidad 1 temp. varoma
Echar en el vaso el resto de ingredientes y programar otros 20 minutos velocidad 1 Temp varoma.
Al final programar 30 sg a velocidad 5 para que quede una crema homogenea.

(Fuente: Qué cocino hoy con Thermomix)


Un poco de historía:


Los hongos han formado parte de la vida del hombre desde tiempos muy remotos. Han sido utilizados como alimento, remedio para enfermedades, y los alucinógenos en fiestas y ceremonias religiosas.

La palabra "mikes" tiene un origen legendario. Se atribuye al héroe griego Perseo, cuando, agotado por sus campañas, colmo su sed con una seta, llamándola "mikes", por su forma de sombrero, y al lugar, en agradecimiento, Mycenas.

Calonge (1975) cita el descubrimiento de una pintura mural egipcia donde aparece representado un hongo. En los textos sagrados hinduistas, se hace referencia a las enfermedades causadas por los hongos.

En el Imperio Romano , ya se empieza a conocer el uso y consumo de los hongos y setas de forma habitual, donde esclavos escogidos realizaban su recolección. Algunas setas de exquisito sabor deben su nombre a la degustación de los propios césares romanos y como prueba de ello recibieron su nombre (Amanita caesarea). Esta especie fue una de sus especies preferidas, habiendo sido descripta por Cicerón, Horacio, Suetonio y Séneca. Su adicción a las mismas, le costó al propio emperador Claudio su muerte, al ser envenenado por su esposa Agripina al intercalar junto a esta seta trozos otra seta mortal (Amanita Phalloides) en el plato que habitualmente consumía. El naturalista romano Plinio el Viejo, establece en sus escritos, las primeras normas para distinguir los hongos comestibles de los venenosos.


En la Europa de los siglos XV, XVI y XVII, nos encontramos en pleno apogeo de la persecución de brujas. A muchas personas acusadas de brujería  le fueron encontrados ungüentos  que decían los transportaban a imaginarias akelarres y vuelos, Para dichos ungüentos utilizaban cierta clase de hongos alucinógenos.


Curiosidad:


Como dato curioso señalar que en el año 2010 se halló un hongo gigante que ocupa casi 900 hectáreas, el equivalente a otros tantos campos de fútbol, tiene un grosor medio de un metro, vive bajo tierra y físicamente parece una maraña de cordones. Es el mayor organismo vivo del que se tenga noticia, cuenta con unos 2.400 años de vida y su existencia fue descubierta en Oregón, en el noroeste de Estados Unidos. Es el Armillaria ostoyae, un hongo asesino de árboles que ocasionalmente emerge a la superficie en forma de setas doradas, comestibles pero no sabrosas, conocidas como las setas de la miel. El gigantesco hongo llevaba una vida discreta en el bosque nacional de Malheur, en las Montañas Azules, no lejos de Prairie City, un pueblo de poco más de mil habitantes al este de Oregón. Sobre el terreno sólo llaman la atención esporádicos calveros y desperdigados grupos de árboles secos. Hace un par de años, llegaron a oídos de Catherine Parks, una investigadora de la Pacific Northwest Research Station en La Grange, noticias de una extraña mortandad de árboles cerca de Prairie City

(Fuente: El País 10 Agosto 2000)






sábado, 5 de octubre de 2013

LEYENDA DE MARTIN ALHAJA


LEYENDA DE MARTIN ALHAJA


Los rebaños de la ciudad de Cuenca se llevaban al pasto en régimen comunal. De los tres pastores que los guardaban, uno se llamaba Martin Alhaja, y profesaba la religión cristiana en secreto. Cierto día, al volver, ya de noche, con sus rebaños por las riberas del Júcar, vio una luz que se movía a lo largo de la orilla; se acerco y contempló a una señora de hermoso aspecto que llevaba un candil en la mano. Su admiración se trocó en veneración al saber que era la Santísima Virgen y que la traía un mensaje del cielo. “el Señor me envía para decirte que estés preparado, pues tú has de ayudar a los cristianos en la conquista de la ciudad”.

El 20 de Septiembre de 1177, un grupo de caballeros cristianos han salido del campamento para vigilar los caminos que conducen a la ciudad. Al remontar el curso del Júcar, ven como unas mulas están entrando por el castillo procedentes de la sierra. Se apresuran para cortarles el paso, mas llegan tarde. Decepcionados por su fracaso, se vuelven hacia el campamento cuando oculto tras unos matorrales y en el entrante de unas rocas, divisan un rebaño de ovejas; se lanzan  sobre los pastores, matan a dos de ellos, y cuando llegan al tercero, este se ha puesto de rodillas y, con los brazos en cruz, confiesa que es cristiano y que ha recibido un mensaje de la Virgen para ayudarles a entrar en la ciudad.


Martin Alhaja dice que suele entrar al anocheceré por la puerta del Aljaraz  (actual puerta de San Juan), en  la que  el guardián de las llaves es un ciego. Tiene la costumbre este portero de entreabrir la puerta, y contar las ovejas palpándolas, para cerciorarse de si los pastores han vendido alguna  a los cristianos.
Puerta de San Juan


Avisan al campamento cristiano y, durante la espera, despellejan algunas ovejas, con cuyas pieles se cubrirán los más esforzados. Caída la noche, se dirige el rebaño guiado por Martin Alhaja hacia la puerta de la ciudad; dada la consigna, el guardián de las llaves abre con las precauciones de siempre. Los centinelas nada han notado desde las almenas. Entre las ovejas se cuelan algunos cristianos con las pieles puestas sobre las espaldas, y el ciego al palpar, no encuentra nada anormal. Apenas pasado el control del portero, se lanzan sobre los soldados desprevenidos en el cuerpo de guardia, matan a los centinelas de las almenas y al portero, y lanzan un grito de victoria, para que los cristianos apostados en la otra orilla del rio acudan al asalto.


Toda la noche se suceden los combates por las calles, y a las cinco de la madrugada, el Arráez moro se rinde; este, acompañado de los principales de la ciudad, baja hasta el campo de San Francisco, donde el joven rey recibe las llaves de la primera ciudad importante que conquistaba en su reinado.

Fuente Martin Alhaja


 

BREVE RESEÑA HISTORICA DE LA CIUDAD DE CUENCA II


Con la invasión de los árabes empieza a sonar el nombre de “Conca”, que se convierte en el refugio de Calb-Ben.Hafsum, vencido por Abderramán.


Al deshacerse el Califato de Córdoba,  “Conca” pasa a depender sucesivamente del Emirato de Toledo, luego del emir de Valencia y, más tarde, del rey moro de Sevilla.


Al hacerle la guerra su hermano Sancho II, el rey Alfonso VI se refugió primero en Toledo y luego en Sevilla; aquí se enamoró de la princesa Zaida, hija del rey Abenabeth, la cual tomó el nombre de María Isabel al bautizarse y aportó como dote las plazas de Cuenca, Huete y Uclés (año 1091). Al invadir  los almorávides el reino de Castilla, Alfonso VI manda con el ejército a su hijo Sancho, fruto del matrimonio con Zaida, para inspirar confianza a las tropas. En la batalla de Uclés (1108), de Sicuendes o de los Siete Condes, pierde la vida el Infante, y los cristianos son batidos, perdiendo las plazas de Uclés y Cuenca.


En el año 1177, el joven monarca Alfonso VIII de Castilla, se dispone en firme a la conquista de la ciudad, y le pone cerco con el propósito de rendirla. Se establece el campamento en el campo de San Francisco (actual emplazamiento de la Diputación y parroquia de San Esteban y San Francisco) Cuenta, para ganar Cuenca, con el apoyo de Alfonso II de Aragón, de los Templarios y de la recién fundada Orden Militar de Santiago. Por fin el 21 de Septiembre , festividad de San Mateo, las tropas cristianas entran triunfantes en la ciudad (leyenda del pastor Martin Alhaja).

BREVE RESEÑA HISTORICA DE LA CIUDAD DE CUENCA I

(Tormo Alto de la Ciudad Encantada)
 


La provincia de Cuenca conserva huellas de las culturas más antiguas, y vestigios de la presencia de los primitivos pueblos ibéricos establecidos en la Península, antes de que llegaran los celtas. De la fusión de éstos con los antiguos nativos, Cuenca supo con toda certeza de las huellas impetuosas de Aníbal, que cruzó con sus cartagineses las sierras de la Alcarria; presenció su resistencia a Roma, y tomó parte activa en las luchas de los celtíberos  y romanos, viendo morir a Viriato, el caudillo de las libertades ibéricas, en los riscos de Villa-Cabra, en el Señorio de Molina. Cuenta la leyenda que el cuerpo del héroe fue incinerado en el Tormo Alto de la Ciudad Encantada. En próximos días contaremos dicha leyenda.



Sujeta a Roma por la fuerza de sus legiones imperiales, la provincia de Cuenca sabe del esplendor de Valeria y Segobriga, que ven afianzado su comercio por la calzada romana, que desde Cartago Nova  (Cartagena) y Lucentum (Alicante) va hasta Complutum (Alcalá de Henares), pasando por las tierras bajas de la provincia.
(Valeria)



(Teatro Romano de Segóbriga)


La ciudad de Cuenca todavía no existe; la población de los contornos es agrícola, y vive de la caza y la pesca. El trazado de la calzada romana que atraviesa el Júcar por el aún existente puente de "el Castellar" proporciona  a los habitantes de las riberas del Júcar un medio de vida más abundante que la pesca: el pillaje de las caravanas que transitan por las calzadas. Para sujetar a estos, el pretor romano establece en el emplazamiento del actual castillo un "castrum", desde donde unos soldados romanos hacen el servicio de policía de la región. Al lado de este "castrum" se van construyendo chozas, que darán origen a la "Conca", que los árabes elevaran a su primer esplendor.


(Puente del Castellar)