domingo, 20 de octubre de 2013



¿QUE PODEMOS VER EN CUENCA?


En Cuenca hay un sinfín de rutas para callejear y poder admirar el legado histórico de esta bella ciudad. Esta es una de las primeras entradas junto con otras que iré añadiendo más adelante con las que pretendo realizar pequeños itinerarios que recojan los edificios, calles, lugares más significativos junto con su historia.


ITININERARIO VIRGEN DE LA LUZ – PUENTE DE LA TRINIDAD – AUDIENCIA:


VIRGEN DE LA LUZ: Cuentas las viejas crónicas, que la primera noche que el rey Alfonso VIII durmió en Cuenca, tuvo en sueños una revelación, indicándole que en la oquedad que hay un poco más abajo del puente, los primitivos cristianos habían ocultado una imagen de la Virgen. Hechas las excavaciones pertinentes y encontrada la imagen, mandó construir una ermita que recordase el suceso. Si a esto añadimos la leyenda de Martín Alhaja, queda perfectamente explicado el título de Virgen de la Luz, y el sitio de la construcción de la ermita.


Virgen incrustada en la piedra debajo del Puente de la Virgen de la Luz


La actual parroquia de la Virgen de la Luz es de estilo barroco y conserva una portada plateresca, habiendo desaparecido con las reformas, en el transcurso del tiempo, la primitiva construcción del siglo XIII.

Iglesia Virgen de la Luz


Antigua Entrada a la Iglesia




También se conoció este santuario como la “Virgen del Puente”.

ANTIGUO CONVENTO DE SAN ANTÓN: En 1345, los “Antoneros” fundaron un convento-hospital, donde se curaban las terribles enfermedades de la Edad Media, entre ellas, el “Fuego Sacro”, conocido más tarden por el “mal francés”. Estos frailes tenía como patrono a San Antón; a esto se debe la doble apelación de la parroquia: Virgen de la Luz y San Antonio Abad (San Antón).
Esta orden hospitalaria sufrió muchas vicisitudes, hasta que a finales del siglo XVIII (1791), los cuatro últimos hermanos legos fueron secularizados por el obispo en presencia de todo el pueblo.

Antiguo Convento-Hospital

Allá, por los años 1590, llevaban a ajusticiar a un reo, acusado de ladrón. La luctuosa comitiva procedía de las afueras, al parecer de San Lázaro, y al atravesar el Puente de San Antón, el sentenciado, que hizo constantemente protestas de inocencia, pidió como última gracia entrar en la Iglesia de San Antón y posarse a los pies de la Patrona, para ofrecerle su sacrificio. La gracia le fue concedida; justamente al cruzar la hermosa fachada de la iglesia, el reo cayó muerto de un ataque al corazón. El hecho fue conceptuado como prueba de que el acusado era inocente del crimen que se le imputaba, y su causa fue cerrada con todos los pronunciamientos favorables a su probada inocencia.


CASA DE LA BENEFCIENCIA: Junto al puente de San Antón se encuentra la hermosa fachada de lo que hasta hace poco fue Casa de Beneficencia; la portada es de estilo neoclásico, y una inscripción en latín nos indica la finalidad de la fundación. El obispo don Sebastián Flores Pavón costeo en el año 1777 el edificio que se destinaba a proporcionar un hogar a las “mujeres desviadas” que habían sido víctimas del abandono de los suyos y del vicio de los hombres.


Antigua Casa de Beneficiencia


En lo que son jardines estuvo el convento de Trinitarios, Orden  que se ocupaba de recaudar fondos para liberar cautivos cristianos esclavizados por los moros, y darles luego acogida en sus asilos, cuando ya estaban en condiciones de trabajo. Así pues, este convento de Trinitarios fue la primera casa de Misericordia que hubo en Cuenca.

Jardines donde se encontraba el Convento de Trinitarios






PUENTE DE LA TRINIDAD: Llama la atención, que para salvar la profundidad del curso del río Huécar; no se hiciera un puente de anchas arcadas, sino un muro con un pequeño orificio que da paso a la corriente del arroyo.


Antigua y Nueva Canalización de Agua del Río Huecar

Esto tiene una explicación: La ciudad es inaccesible por todas partes menos por esta parte de la orilla del Huécar; por ello, en épocas de sitio, los defensores taponaban el orificio que hay en el muro, y las aguas se estancaban hasta la alburera o albufera (actual Parque de San Julián). Así, las torres de asalto y los arietes, no podían avanzar hasta las murallas para batirlas, porque se hundían en el agua y el barro.







Desde el Puente de la Trinidad vemos casi debajo y corriente arriba del Huécar la “Fuente de la Doncella” (debe existir una leyenda muy bonita que dé razón de este apelativo tan romántico). Espero poder encontrar alguna información sobre dicha fuente, hasta ahora no he averiguado mucho más. Un poco más arriba se halla el “Puente de Palo” (antiguamente de tablas), que facilitaba el paso del río a las mujeres que , saliendo de la ciudad por el Postiguillo de San Miguel, iban a buscar agua a la “Fuente de la Doncella.

EDIFICIO PALAFOX: El obispo Palafox fundó en el siglo XVIII este sólido edificio, donde tenían cabida todas las manifestaciones  culturales y docentes encaminadas a educar a las clases humildes.
Este edificio está asentado sobre las  antiguas murallas de la ciudad, y aun  se ve que las esquinas más alejadas del Puente de La Trinidad, tiene forma redondeada, y junto a las tejas se ven restos de los matacanes que coronaban la torre.


Edificio Palafox





Este era el tercer sistema amurallado. En la Cuenca antigua había tres órdenes de murallas que diferenciaban las tres  zonas. Entre este sistema de murallas y otro que venía por lo que ahora es el Escardillo, yendo a cerrar por la Puerta de San Juan, estaba la zona Albarrana, la zona en donde pacía el ganado en tiempo de asedio, y obtener así las vituallas de la plaza en buenas condiciones. Estas murallas se prolongaban por la calle del Retiro y la calle de los Tintes hasta la Puerta de Valencia. El segundo recinto de murallas venía por el mercadillo de Solera junto al Salvador y Santo Domingo para finalizar en el Escardillo, con la Puerta de San Juan; y el primero era propiamente la Alcazaba, alcázar o Almodóvar, donde estaba el cogollo de la ciudad, que comprendía el actual edificio  del Carmen, Zapatería, Correduría, la anteplaza, bajada a San Miguel y  el Seminario.

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